Eras tú

 Si eras tu, solo tu que hacia brillar mi luna, solo tu quien ponía calma en medio de mis peores tempestades, solo tú con esa forma de mirar en mi alma, y hurgar hasta encontrar la paz que yo perdía por momentos, entonces ahí, comenzamos a entrelazaros y a llenarnos el uno del otro, y comenzamos a escribir la mejor de las historias, llena de pasión, y amor, el mejor de todos, la única la inolvidable, la que se arraigo ahí, justo ahí en medio de mi alma, y no logra salir.

Si eras tú, con ese tono de voz especial, que me erizaba la piel, y podía hacer riera como un niño en medio de miles de arcoíris, eras tú mi compañía mi alegría, eres tu quien me tomo y me enseño a volar y abrir mis alas sin miedo a nada. Aun resuenan en mis  oídos el recuerdo de tus tacones por el cuarto, y llevo ese aroma a manzana en mi piel, impregnándome de tu recuerdo cada día, no logro soltar lo que me une a ti, cada día. Cada noche cierro los ojos y puedo sentir tus labios acariciando los míos, mirándome a los ojos y durmiendo abrazado a tu recuerdo, comienzo ese viaje que cada noche emprendo en medio de mis sueños y puedo  llegar a ti, porque no hay nada más después de ti, no existe otro pensamiento ni otro afán, el solo atesorar lo que me quedo de nuestra historia que no se como terminar, por eso esbozo en medio de la noche versos al aire, esperando alguna vez los leas y puedas sentir como late mi corazón con cada letra, porque yo estoy acá y vivo para tu recuerdo, si acá sigo en medio de la oscuridad sin hacer ruido, sin molestar, detrás de la barrera que armaste para  no incomodar a tu corazón, y caer en la terquedad del desespero, porque si te siento cerca mi alma se agita, y comienza a sentir otra vez, por eso decido escribir a lo que fue, con tu mirada sobre la mía, atesorando lo poco que me quedo de ti, y aun llevo en mi cartera. 

Versos escritos en medio de una noche calurosa de otoño que invita a pensarte más de lo común, y provocar así esa sensación de ansiedad que me llena por completo, al saber que estas, presente en mi, y yo supongo que vivo en el olvido. Le Matus